Parque Nacional de Monfragüe
Monfragüe es uno de ellos. 17.000 hectáreas de terreno surcado por el cauce de dos ríos, el Tajo y el Tiétar, y hogar de grandes aves como el águila imperial, el buitre leonado o el buitre negro. Este paraíso natural es ideal para visitarlo en coche o a pie a través de sus caminos. Ya sea en un sólo día o en varios, mi recomendación es acudir previamente Centro de Recepción de Villareal de San Carlos. Allí te informarán de todas las posibilidades y cuáles son los mejores miradores según el tiempo disponible.
Trujillo
Imposible olvidarme de uno de los pueblos más bonitos de Cáceres. Y más aún cuando tengo una deuda pendiente con él. He de volver. ¿Cuándo?. Cáceres siempre reclama su cuota de atención. Seguro que no tardaré. Mientras tanto, sólo puedo deciros que Trujillo es una villa monumental que impresiona. Pequeña e imponente a la vez. Desde la Plaza Mayor, una de las más bonitas de la provincia, hasta su esbelto castillo. Un centro histórico señorial por el que callejear sin rumbo se convierte en una obligación.
Plasencia
Plasencia es pura elegancia, son historias de reyes y traiciones, son caminos empedrados y monumentos que pugnan por alzarse con el trofeo del más bello. De hecho, esta ciudad está considerada como la capital del norte extremeño. Así que la debes incluir como un punto imprescindible que ver cerca de Cáceres. Un buen recorrido por el casco antiguo de Plasencia debería empezar en la Plaza Mayor. De ahí toca perderse por las callejuelas en busca de las dos catedrales. Y es que a falta de una, tenemos dos: la Catedral Nueva y la Catedral Vieja. La visita continúa entre palacios y lugares con encanto para salir el encuentro de las murallas.
Comarca de la Vera
Una comarca que a veces pasa inadvertida entre sus vecinas, pero llena de atractivos culturales y naturales. Especialmente si hablamos de pueblos con encanto. La lista es larga. Pero, para una excursión desde Cáceres de un día, merece la pena recorrer las callejuelas de Garganta la Olla, Jaraíz de La Vera, Cuacos de Yuste y Pasarón de La Vera. En este caso, cambiamos la pizarra y el barro por adobe y entramados de madera.
Valle del Jerte
El destino ha querido que ya sean tres las ocasiones que he tenido la suerte de visitar uno de los valles más famosos de España. Famoso por los cerezos en flor. Pero el Valle del Jerte es mucho más. Muchísimo más. Una depresión frondosa donde el curso de los ríos ha excavado gargantas, piscinas naturales y creado bellísimos saltos de agua.
Sierra de Gata
Probablemente, uno de los puntos más desconocidos del norte de Cáceres. La Sierra de Gata hace frontera con la provincia de Salamanca al norte y Portugal al oeste. En la actualidad está luchando por hacerse un hueco en el panorama del turismo rural cacereño. Una lucha que ha de ganar porque lo tiene casi todo. Pueblos en los que parece que el tiempo se detiene y paisajes bucólicos donde el agua y los valles toman su cuota de protagonismo.
Las Hurdes
Leyendas, habladurías y un pasado que nada tiene que ver con lo que ofrece en la actualidad. Las Hurdes son pura magia. Un territorio surcado por el murmullo de ríos y arroyos, y donde la arquitectura tradicional convive en perfecta armonía con su entorno. Un espectáculo de la naturaleza en una comarca encajonada entre montes verdes y frondosos.
