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Foto del escritorTravel Zen

Las mejores calas de la Costa Brava


Rincones de la Costa Brava para disfrutar del mar 


Turistas de todo el mundo escogen la Costa Brava parasus vacaciones,y por algo será. Su principal reclamo son las calas que salpican su costa, suave y arisca a la vez. Pero no todo son playas, también hay tradición cultural (aquí nacieron Salvador Dalí y Josep Pla, entre otros) y una gastronomía reconocida mundialmente.


1. Portlligat

Hace muchos años en Portlligat solo existía una humilde barraca de pescadores que Salvador Dalí fue ampliando durante 40 años, a medida que los vecinos le vendían sus casas. En la actualidad, este pequeño enclave es uno de los rincones más visitados de la Costa Brava. Al encanto de las aguas transparentes de la recóndita cala de Portlligat, se une el sello personal del artista, presente en toda su casa, especialmente en la surrealista piscina en forma fálica coronada por un templete árabe. 


2. Cadaqués


Es sin duda uno de los pueblos más famosos de toda la Costa Brava y, a pesar del turismo masivo que lo invade en verano, ha logrado conservar todo su encanto. Todavía puede recrearse la vista en sus laberínticas calles y en los edificios modernistas de indianos del paseo marítimo. Las pequeñas playas que rodean Cadaqués son pintorescas y acogedoras y después del baño uno puede disfrutar de bares típicos, restaurantes, terrazas, galerías de arte y uno de los festivales de música con más solera de la Costa Brava. 


3. Cap de Creus

En este impresionante parque natural, el punto más nororiental de España, se pueden descubrir muchas calas tranquilas. Las más bonitas quizá sean la cala Culip, en la cara norte, donde se han encontrado restos de barcos fenicios, griegos y romanos y la cala Jugadora, casi en la punta, con dos playas muy bonitas. Otra visita importante en el Cap de Creus es el faro, que cuenta con un interesante centro de información y divulgación científica.


4. Llançà


Llançà, este pequeño pueblo costero al que se puede llegar en tren, ha conservado su tradición marinera y es un lugar perfecto para descubrir calas secretas en familia, remar en kayak en el mar o practicar el senderismo y la bicicleta de montaña. Está situado entre dos parques naturales, el de Cap de Creus y el de la sierra de Albera. Entre las curiosidades: aquí está el único museo de España dedicado a la acuarela y desde su mirador pueden tomarse unas fotos magníficas. 


5. Cap Ras

La pequeña península de Cap Ras, entre Llançà y Colera, tiene las calas más bellas y menos concurridas de la zona de Port de la Selva, como Canyelles, y un poco más al norte la cala Bramant, o cala de los Enamorados, una piscina natural protegida por rocas que la convierten en un lugar mágico. Y más al norte, la bellísima playa de Garbet, con viñedos que prácticamente llegan al mar. 


6. Port de la Selva


En otros tiempos Port de la Selva solo era un conjunto de casetas de pescadores que utilizaban los habitantes de Selva de Mar, pero ahora es un pueblo de veraneantes que, a pesar de todo, ha conservado el encanto original. El pueblo está prácticamente integrado en el Parque Natural de Cap de Creus y es perfecto para hacer excursiones en bicicleta de montaña o a pie. 


7. Rosas

Situada entre parques naturales, Rosas es una de las poblaciones más turísticas de la Costa Brava pero también una de las que reúne más patrimonio cultural. Su ciudadela renacentista, construida por Carlos V en 1543, aloja en su interior restos de una colonia griega, de una ciudad visigoda y de un monasterio románico-lombardo del s. XI. Pero su mayor atractivo está junto al mar: una larga franja de arena fina que recorre toda la ciudad y unas cuantas calas agrupadas en torno al Cap Norfeu.  


8. Begur

Está en lo alto de una colina, a pocos kilómetros del mar y en sus alrededores se encuentran algunas de las calas más bellas de la Costa Brava, pequeñas y de aguas turquesas. La cala más cercana a Begur es Sa Riera, que todavía conserva sus antiguas casetas de pescadores. Otras son: Aiguafreda, Sa Tuna, Fonda y Fornells o Aiguablava. Es imprescindible llevar gafas de buceo para poder disfrutar de los espectaculares fondos marinos. 


9. Tamariu

Tamariu se puede llegar desde Begur por un camino de ronda, un paseo que discurre vertiginosamente frente al mar y es uno de los más impresionantes de la Costa Brava tanto por las vistas que ofrece como por sus recónditas calas, como la escondida cala Pedrosa. Tamariu tiene un pequeño paseo marítimo en el que hay varios restaurantes que ocupan antiguas casas de pescadores. 


10. Tossa de Mar


Ava Gardner se enamoró de Tossa de Mar cuando rodó allí Pandora y el holandés errante. Y es que pese a estar en la zona más turística de Girona, este pueblo ha sabido mantenerse al margen gracias a su relativo aislamiento y las curvas de sus carreteras. En las afueras de Tossa hay un montón de pequeñas calas, entre las que destaca Sa Futadera, a donde se accede por una larga escalera. Y después de un día de playa puede visitarse su pequeño castillo o el Museu de la Cuina de la Costa Catalana, en una masía fortificada del s. XVI en el barrio de pescadores de Sa Roqueta. 


11. Palamós

Es uno de los grandes centros turísticos de la Costa Brava pero también uno de los pueblos más bonitos. La bahía de fina arena de Palamós es un paréntesis entre acantilados, y el casco antiguo es una intrincada red de callejuelas llenas de tiendas, tascas y bares de tapas, presidida por la iglesia gótica de Santa María del Mar. 


12. Otras calas secretas


Todo el litoral está lleno de calas, y además de las ya mencionadas otras muy recomendables son Es Castell, en Palamós, con su fina arena junto a unos restos íberos, y la cala de Roques Planes, en Sant Antoni de Calonge, una de las más bonitas del sur de la Costa Brava. 

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